Los límites de la adaptación, Rebelde entre el centeno

Terreno pantanoso

Rebelede entre el centeno (Rebel in the Rye) es una película dirigida por Danny Strong basada en la célebre novela del escritor Kenneth Slawenski: J. D. Salinger: una vida oculta. Los textos biográficos se presentan siempre como un desafiante reto, ya que existe una amplia controversia en lo que a hablar sobre una vida ajena se refiere (y más aún cuando se trata de un autor tan prestigioso como Salinger).

Hay quienes prefieren pensar que lo correcto es ceñirse a los hechos y emplear el cine como reflejo de una vida, mientras que otros deciden mostrar esa misma vida desde el propio prisma del personaje o del de aquellos que lo conocieron.

Rebelde entre el centeno. Rebel in the Rye

El papel pesa

A la hora de enfrentarse a una película como Rebelde entre el centeno es inevitable la confrontación con la novela clave del autor: El guardián entre el centeno. Uno de los problemas a los que J. D. Salinger tuvo que enfrentarse fue a su comparación con Holden Caulfield, el protagonista de la misma. Ya lo dijo Borges: el escritor escribe a partir de sus cicatrices, por lo que la duda era obvia. ¿Era Holden una extensión de Salinger? La película busca resolver dicha pregunta, aunque su posicionamiento acaba por ser obvio. Recursos como el hecho de que la caracterización del actor sea nula, parece establecer una conexión entre personaje y autor, ya que ninguno termina de madurar.

Contar un hecho real siempre provoca un mayor impacto cuando son las propias imágenes las que relatan el acontecimiento. Battle of Sex (2017) hablaba sobre el machismo a través de una historia tan increíble que la cinta se quedaba corta. No fue hasta la proyección de las imágenes reales que el público descubrió la gravedad del mensaje que había tras el discurso fílmico.

El espectador competente

Entonces nace un nuevo interrogante: ¿hasta qué punto es necesario el conocimiento del contexto y subtexto de una película para poder disfrutarla? Este cine merece existir. Al igual que una secuela no se disfruta sin su antecesora, una película biográfica precisa de una documentación previa para poder extraer todo aquello que entraña. Otro buen ejemplo es The Disaster Artist (2017), la cual se disfruta gracias a otros recursos que van más allá del personaje central del relato, es decir, el metacine funciona mejor como engranaje que el mismo punto de anclaje.

J.D Sallinger. Rebelde entre el centeno. Rebel in the Rye

Al igual que Big Fish (2003) establecía un bonito punto de vista en cuanto a la verdad de un discurso, Rebelde entre el centeno se queda corta en comparación con lo que la mente y vida de Salinger merecían. Los flashbacks de la guerra resultan más útiles en American Shooter (2015), ya que todo lo que acontecía en su vida era una minucia al lado de Afganistán.

En conclusión, el propio Salinger ya tenía claro por qué no quería llevar al cine sus escritos: el cine exagera lo que a sus ojos era real e irrepetible. La pluma pesa más que la cámara en el corazón del escritor. Hay historias que merecen ser respetadas antes que enaltecidas e innecesariamente representadas.

Puntuación: 4´5 / 10.

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