Javier Fesser estrena uno de sus proyectos más ambiciosos. Protagonizada por un intachable Javier Gutiérrez, la obra aborda una realidad compleja desde el humor y la emoción.
Bien dirigido
No sólo el papel protagónico merece mención especial, el resto del elenco cumplen satisfactoriamente con las expectativas del público y crean situaciones que ni siquiera un guion puede prever. La naturalidad de los actores encandila al espectador con cada broma, además cabe añadir que varios de ellos son discapacitados mentales en la vida real. Lo que buscaba el film era eso mismo, demostrar que este tipo de personas merecen las mismas oportunidades que el resto (y en ocasiones más).
En una entrevista, Javier Gutiérrez lo contaba en una entrevista de Europa Press:
Declaraciones del actor Javier Gutiérrez que se pone a las órdenes de Javier Fesser en la película ‘Campeones’, de la que ha explicado que cumple la labor social de «dar visibilidad» a un grupo de personas al que la sociedad generalmente se acerca «con miedo, con ignorancia o con desconocimiento», por lo que de esta forma se conciencia y se visibiliza a «personas con capacidades diferentes», que a su juicio «no por ello son tan distintas»
Europa Press (2018)
A lo técnico
Alejándonos del análisis de carácter emocional, es hora de analizar la forma con la que Fesser consigue esta respuesta en taquilla. La manera de rodar no deja de ser funcional. No existe experimentación ni grandes intentos, pero tampoco los necesita. Lo que sí está más cuidado es la unidad gráfica.
Amarillo comedia
El amarillo es el color de la comedia por excelencia. La gama cromática gira en torno al mismo y consigue imágenes con tonalidades que transmiten alegría y positivismo. No deja de ser una comedia desenfadada, pero algunos de los temas merecen reflexiones al respecto.
La arquitectura del personaje
Admitámoslo, no es fácil crear un arco de personaje como el de Marco. Pasar de un extremo a otro requiere una construcción equilibrada de los eventos de la película. Cualquier mínimo descuido narrativo, repercute en la credibilidad del espectador. En este aspecto, estamos ante una conversión lograda. No llega a ser un personaje gris, ya que pasa de bueno a malo sin matizar demasiado.
Los chistes están casi tan logrados como los diálogos, puesto que son estos últimos los que crean la complicidad entre sus personajes y nos llevan a situaciones excepcionales para la comedia.
Algo malo hay sí…
Hay algún gag que no termina de entrar, y algunos de los personajes sirven para crear el chiste sin más. La genialidad de algunos diálogos convive con alguno más vago y pueril. La relación romántica tampoco aporta nada que no hayamos visto antes, pero al menos funciona.
Puntuación: 7´5 / 10.