1898: Los últimos de Filipinas, la mitificación de unos héroes

1898: Los últimos de Filipinas es una de las películas españolas con más productoras de los últimos años, ya que, además de la de Enrique Cerezo, participan TVE, Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA) o 13TV, entre otras.

Salvador Calvo (‘El Padre de Caín’) se estrena en un largometraje con uno de los temas más potentes y, a la vez, menos recurrentes del cine español: el sitio de Baler por parte de las tropas filipinas en contra del último reducto del Imperio Español.

Este film cuenta con un reparto coral, ya que cuenta con Luis Tosar, Javier Gutiérrez, Álvaro Cervantes, Carlos Hipólito, Ricardo Gómez, Miguel Herrán, Karra Elejalde o Emilio Palacios, entre otros.

‘1898: Los últimos de Filipinas’ habla de uno de los acontecimientos que más han influido en la historia reciente de España: la caída del Imperio de ultramar español, con sus últimos reductos en Filipinas.

En Filipinas, un grupo de apenas 50 hombres resistieron durante 337 días las acometidas de los tagalos, que no eran capaces de hacerse con la iglesia en la que estaban atrincherados estos soldados.

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La historia está bien desarrollada, al contrario que la película de 1945, sí que muestra los pormenores de la vida de los soldados dentro de la iglesia, con todos sus sufrimientos debido a las enfermedades.

Además se centra también en los sentimientos que tienen estos hombres durante el asedio, ya que es uno de los puntos fuertes de la película; eso sí, a la hora del tratamiento a los edificios, no es el más adecuado y la trama podía ser más potente ya que había mil elementos de los que sacar partido.

Los recursos son muy variados, ya que está muy trabajada la localización, la ambientación está conseguida, los trajes están muy bien realizados y las maneras en las que se monta toda la película está bien construida.

La fotografía es excelente, al buscar una localización natural y lejos de España, para recrear de una manera más realista la Filipinas del siglo XIX, y la dirección de fotografía ha sabido cómo sacarle partido a los recursos con los que contaban.

La actuación, a pesar de que es coral, se centra en cuatro personas: Luis Tosar, como Martín Cerezo, que después de la muerte del capitán, se hace cargo de la resistencia española frente a los ataques de los insurgentes.

Javier Gutiérrez, como superviviente del primer ataque contra las tropas españolas en Baler, se muestra resentido hacia el resto de la tropa y espera cualquier intento de deserción para acabar con toda oposición interna.

Álvaro Cervantes, como Carlos, ejerce el papel protagonista de la cinta. Pintor, se mete en el ejército para entrar en Bellas Artes, tiene diversos conflictos dentro de Baler que le harán dudar acerca de su vida.

Carlos Hipólito, como última parte de este trébol de cuatro hojas, ejerce del médico del ejército, que se opone sistemáticamente a los planes de Cerezo, y eso le va a acarrear problemas consigo mismo y con el alto mando de la resistencia.

Como conclusión, decir que ‘1898: Los últimos de Filipinas’ es una buena película, que, a pesar de fallos argumentales, es más completa que sus antecesora y, con una buena dirección de Salvador Calvo, deja el listón muy alto.

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