Hay temas en el cine que son muy difíciles y delicados de tratar; temas que requieren de una sutileza impresionante para que la película no sea sólo eso: un tema. Y es en eso en lo que Moonlight triunfa, en cómo tratar la homosexualidad en un momento y, sobretodo, en un lugar muy conflictivo.
A través de Barry Jenkins vamos a conocer la historia de Chiron y sus diferentes etapas en la vida, tres concretamente. Nos adentraremos con ternura en la niñez; después nos iremos de fondo a la adolescencia; y por último en su edad adulta. Parece una premisa sencilla, y lo es, pero lo que puede parecer un guion sencillo se convierte en una maravilla visual.
[su_youtube_advanced url=»https://www.youtube.com/watch?v=eVjyW9EJOTI» controls=»alt» showinfo=»no» rel=»no»]
Me recuerda mucho a Lost In Translation. No es la típica historia de amor, ni siquiera la consideraría una historia de amor, pues es muy personal, sus personajes no comparten nada, está en constante enfrentamiento. Pero no significa que este intimismo impida relaciones con los demás. No son los diálogos los que hablan, son los personajes los que a través sus acciones: miradas, susurros, formas de moverse, giros de cabeza y un largo número de movimientos sutiles que son los que determinan relaciones.
Puede que le falte profundidad, que deba de indagar más en sus personajes, que nos cuente más de ellos. Podemos sentir que nos deja a medias. Pero quizás esto lo hace con un buen propósito; quizás esta película no trata sobre un personaje sino sobre muchos; quizás esos personajes no salen en la película; quizás sea un problema real más que ficción. Y no es ficción. Esta película, por desgracia, es la vida misma. Es el sufrimiento innecesario de una persona que ha nacido en el lugar adecuado en el momento inadecuado y no es capaz de quererse ni querer por culpa de otros.
Realmente me apena que el error en la entrega del premio haya provocado un eclipse total, de que la gente se haya olvidado de la ganadora. Moonlight es una película muy necesaria ahora mismo, pero no es necesaria de la misma manera que lo hacía La La Land, para la historia del cine, sino necesaria para la humanidad. Que parece ser que ya no tenemos.
¿Se lo merece?
Pero no hay que dejarse llevar por ello, no por el hecho de tratar un problema social debe de llevarse el Oscar. Sería contradecir por completo a lo que he dicho al principio. Por lo tanto cabría preguntarnos si realmente se lo merecía. Sin duda alguna ha provocado sorpresa entre la audiencia, no era una película muy sonada. Sí, tenía su público, pero con el gigante La La Land haciéndole sombra fue un premio que extrañó mucho.
Plantearse si se lo merece o no es una cuestión muy subjetiva, a mi personalmente me hubiera gustado que ganase «La llegada« de Denis Villeneuve, pero es eso, una cuestión subjetiva. Dejando a lado estos juicios de valor e intentando ser lo más objetivo posible creo que sí se lo merece, y con creces. Moonlight no pretende ser una historia que de pena, tiene momentos vibrantes, narrados con astucia y precisión. Dotando algunos momentos de un estilo casi poético. Sorprende que veamos una obra de este calado en un director que no tiene una gran carrera cinematográfica.
Algunos planos nos sacan de cualquier contexto, no parecen tener precedente. Planos circulares como los que vemos al comienzo, planos que hacen retumbar los pasos de la colosal obra que se nos viene encima.
Sinceramente estoy satisfecho con el resultado. Uno de mis mayores deseos para el cine es que cada vez se comprometa más socialmente, tratando temas importantes para la sociedad, potenciando la parte artística, sin dejarla de lado. Y esto Moonlight lo cumple.
Puntuación 8/10