Boyle-Curtis
Yesterday es el resultado de la suma del extraordinario director de Trainspotting, Danny Boyle, junto con Richard Curtis, experto en los guiones más melosos y romanticones de los 90. Este equipo es tan curioso o más que la propia película, dado que es la causa por la que gusta y disgusta.
Faceta musical
Este mismo año hemos podido disfrutar de Bohemian Rhapsody y Rocketman, ya le iba tocando a los Beatles. La principal y más notoria diferencia es que Yesterday no es un biopic.
Tampoco me atrevería a catalogarla como musical. Va sobre música, sí, pero es una película romántica sobre un hombre enamorado de una chica y un planeta enamorado de Los Beatles.
Un fanfict bien escrito
El what if, es un género que avanza sobre la cuerda floja. Puede servir para darle otro enfoque a un concepto que estaba más que asentado en el imaginario colectivo, o por el contrario, caer en las garras de una fandom y convertirse en un fanfict (una ficción escrita por los fans).
No me malinterpretéis. No estoy despreciando al fanfict. Los hay realmente buenos. De hecho, muchos consideran el teatro de Harry Potter y el legado maldito como uno de ellos.
A lo que voy: se nota un desmesurado amor por Los Beatles en Yesterday. De hecho, el guion contaba con John Barth, todo un experto en la escritura posmoderna y metaficcional. Quizás la pieza que sobraba en la ecuación era Curtis, puesto que de alguna manera sirvió de barrera impidiendo explorar los aspectos más interesantes de la obra.
Hija de su tiempo
Los Vengadores no fueron los primeros en introducir cultura popular en cada minuto de la película. Yesterday debe ser consumida ahora. No es un estricto «ahora», pero sí exige que conozcas a los famosos de turnos y demás referencias, para poder entrar al chiste (hasta aparece Ed Sheeran).
Este punto también genera cierta controversia. ¿Cuál es el público objetivo de Yesterday? ¿La generación que vivió a Los Beatles? ¿o aquellos que crecieron con Harry Potter? Pues la respuesta es igual de confusa: todos y ninguno.
Está a medio camino entre la juventud nostálgica por la época que nunca vivió y los verdaderos herederos incapaces de seguir el ritmo a la imparable cultura popular.
¿Pero mola o no?
Mola, sí que mola. Es divertido y poético ver como el mundo vuelve a enamorarse del grupo de Liverpool. Nos genera incluso dudas trascendentales acerca de si la música puede ser eterna y pura. ¿Hubiesen triunfado Los Beatles si aterrizasen hoy, 2019, en nuestro planeta? Veamos Yesterday.
En lo concreto, me gustaría destacar a la pareja de la película que también es capaz de recordar al grupo británico o la conexión pasado-presente que a más de uno emocionó y levantó de la silla (no quería destripar demasiado, así que me disculpo por ser críptico).
Se nos rompió el amor de tanto usarlo
Antes de cerrar me veo en la obligación de recuperar el tema Curtis. Es un buen autor, de eso no cabe duda. Pero su fórmula se está oxidando. Cuando las historias de amor son el punto central del relato, su especialidad sale a relucir.
La pena es que Yesterday pedía otra cosa. El amor se nos olvida a mitad de metraje y cuando vuelve, nadie lo había echado de menos. Igual, si la carga se hubiese repartido mejor… En cualquier caso es una historia bonita, pero no lo suficiente. La sombra de Los Beatles la eclipsa y desgraciadamene, el amor termina por nublar la narración.
Puntuación: 6,5 / 10.
¿Por qué no cantaron Yellow Submarine?
¿Os imagináis que la hubiese dirigido y escrito John Carney (Once, Begin Again)?