Sus papeles, por favor
Hace unos años a nadie le sonaba el nombre de Lucas Pope, hoy es una eminencia. Tras el éxito obtenido por Papers Please, el desarrollador estadounidense vuelve a encerrarse en su cueva para ofrecernos otra obra con alma.
Bienvenidos al Obra Dinn.
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Un barco maldito
La historia nos sitúa en Falmouth, durante el año 1807. Eres un detective encargado de averiguar que sucedió durante la travesía del Obra Dinn. Junto a ti dos objetos. Un libro que servirá de guía y bloc de notas para no perder el rumbo de la investigación, y una brújula mágica capaz de mostrarnos los últimos segundos de vida de cualquier desdichado ser.
Hasta aquí parece sencillo. Debes deducir el nombre y motivo de la muerte de los sesenta tripulantes de la embarcación. La dificultad reside en la distribución de la información ofrecida por los cadáveres.
Cada dato nos será suministrado con cuentagotas y los cabos siempre tendremos que atarlos nosotros. Si la suma es 1 + 1 = 2, lo más probable es que la ecuación con la que nos encontramos se parezca más a esto: _ + _ = 2.
Las voces rotas del Obra Dinn
Los gráficos nos devuelven a ese estilo retro sin perder el cuidado por el más sutil detalle. En otras palabras, el barco está vivo.
La realidad es que estamos solos. Solos en mitad del mar sin la más mínima idea de lo que ha ocurrido. En cambio, cuando usamos la brújula y nos transportamos a un memento mori, podemos imaginar lo animada que era la vida a bordo.
Una de las mayores fuentes de poder para alimentar nuestra detectivesca imaginación, serán las voces de la tripulación. Pese a poder viajar al momento de la muerte, realmente estaremos asistiendo a una imagen tridimensional.
Las voces que escuchamos antes de lanzarnos a explorar la escena serán las mayores armas de inmersión con las que contaremos.
Pope contó con decenas de voces distintas acordes a la nacionalidad del personaje, su edad o situación. También fue asesorado por profesionales extranjeros a la hora de construir los diálogos y los personajes chinos, suecos, británicos, franceses y rusos.
Rozando el diez
Pese a la brillantez de Return of the Obra Dinn, he de resaltar ciertos detalles que podrían haber mejorado la experiencia del jugador.
El título utiliza unas mecánicas tan sólidas como limitadas. En ocasiones, la brújula y el proceso de la exploración se hará repetitiva. Quizás algún puzzle que propusiese ritmo, no habría estado nada mal.
En último lugar, me gustaría hablar sobre el nivel de dificultad. No existen modos. No podemos jugar en fácil. Y si en algún momento he utilizado la palabra «difícil» (de hecho sí), me gustaría sustituirla por «exigente».
Return of the Obra Dinn te exige. En mi caso 12 horas y la mente muy despierta. Tengo la sensación de que he podido ir más rápido y de que he podido pasar por alto detalles que me hubiesen atajado dolores de cabeza. Lo que sí he obtenido en beneficio ha sido una experiencia única.
Leí un tweet que rezaba: «Este es uno de esos juegos que me gustaría poder olvidar para poder jugarlo de nuevo por primera vez». Me parece absolutamente acertado.
Puntuación: 9 / 10.