Redescubriendo Kingdom Hearts

El maestro del hype

Ahora que se acerca el lanzamiento de la tercera entrega del universo Hearts, es hora de echar un vistazo al pasado y hablar de la obra que lo empezó todo: Kingdom Hearts. Desarrollado por Square Enix para la PS2 y remasterizado hasta la saciedad. El juego que mezclaba Final Fantasy con los más entrañables personajes Disney, vendía expectativas y para la mayoría de su público las colmó. ¿Has probado a jugarlo hoy?

Sin anestesia

Antes de que nadie se enfade y abandone el post, he disfrutado de Kingdom Hearts, lo digo enserio. No han sido pocas las horas que le he dedicado (rondando las 30, eso sí, engordadas por el Coliseo de Hércules). Ha conseguido arrancarme alguna sonrisa y aporrear los botones invadido por la epicidad de alguna batalla, pero sus fallos eran más alargados que sus virtudes. Hablemos pues:

Lo primero que te lanza el juego a la cara es una intro pop cursi que lejos de ser una excepción, es también el cierre del juego. Mi escepticismo me salvó de falsas expectativas. Pero una vez en la isla, exploré la pantalla en profundidad y conseguí encariñarme de algunos personajes y un hogar que no volvería a ver en todo el juego (no me refiero a Kairi y a Riku, esto están hasta en la sopa).

Destiny Islands
Destiny Islands

Mecánicas oxidadas, naves soporíferas

La cámara no puso mucho de su parte. No tardé en cambiar a manual, y ni así podía evitar pegarle a una pared mientras me perdía la verdadera batalla. Es una pena que Pueblo Paleta tenga mucha más personalidad que Islas del Destino.

Poco después llegaría otro de los recursos que destrozan la experiencia de juego, la imposibilidad de pasar de un mundo a otro sin tener que volar en la dichosa nave Gumi. Niveles que son un paso atrás si los comparamos con Star Fox, Asteroids o incluso Space Invaders (menos mal que más adelante te dan la posibilidad de teletransportarte a los lugares que ya has visitado).

Pantalla de combate en Kingdom Hearts
Pantalla de combate en Kingdom Hearts

Mundos con o sin encanto

Si todo esto no era suficiente, llega Ciudad de paso, otro lugar despersonalizado que te obligan a visitar un par de veces más y en el que el único personaje con encanto es Merlín (valga la redundancia).

Pero no todo es malo, los mundos temáticos de Disney salvan con creces los errores de las localidades mencionadas. La selva de Tarzán, el coliseo de Hércules, el País de las maravillas, el barco del capitán Garfio…al menos en estos lugares tenemos una mayor sensación de pertenencia. Puede que el hecho de haberlos visto en las películas Disney, facilite esa identificación, ¿pero acaso es algo malo?

Vomitando arco iris

La historia es un complejo de unidades dramáticas cursis en las que el mensaje se vuelve repetitivo sin añadir ningún tipo de subtramas interesantes. Te lo resumo: el poder de la amistad puede con todo. ¿En serio? ¿Esta es la profundidad que nos brinda el mismo estudio que desarrolló los mejores Final Fantasy? Me niego a creerlo. Si me tengo que queda con algo de la historia es con los diálogos del logrado Donald, el cual trae algo de acidez y conflicto a una historia edulcorada que ni el antagonista principal logra.

Donald, Sora y Goofy
Donald, Sora y Goofy

Pero no todo va a ser malo, ¿no? Si he de destacar algún momentazo en Kingdom Hearts ese es el momento en que adquirimos la habilidad de volar como Peter Pan y recorremos el Big Ben (al igual que la impresionante batalla contra Garfio).

Algún acierto…

Hay ocasiones en las que el sistema de combate me recordaba a Dark Souls en el mejor de los sentidos. Ya no por la dificultad, si no por la necesidad de detectar el patrón del boss para poder derrotarlo eficazmente. Y por no hablar del coliseo de Hércules, donde siempre podemos poner en práctica nuestras habilidades contra todo tipo de enemigos.

Una pena que el mejor aliado del juego sea  Bestia en una de las últimas pantallas. Goofy y Donald (sobre todo el maldito Donald) dejan mucho que desear en este aspecto. Cada uno va a su bola y con suerte te curan si les has reservado alguna de las pociones del baúl.

Coliseo de Hércules
Coliseo de Hércules

En conjunto:

Kingdom Hearts no me parece un mal juego, me parece el resultado mediocre de una buena idea. Junta lo peor de sus reinos: la ñoñería de Disney y el arte de estirar el chicle propio de Final Fantasy (solo hay que ver la interminable batalla contra el boss final).

Aún con todo, guardo esperanzas. Puede que cualquiera de sus tropecientas extensiones, o incluso la segunda parte, lleguen a sorprenderme. Intentaré quedarme con lo bueno…

Puntuación: 5´5 / 10.

Supongo que haré de esto una serie y analizaré el resto de juegos.

PD: ¿soy el único que se partía con la inexpresividad de Sora? Esa sonrisa bobalicona que tiene mientras recibe malas noticias no tiene precio…

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