¿Una secuela más que digna? ¡¿Dónde?!
Tras una primera parte sensacional, el potencial de Rompe Ralph no podía quedar desaprovechado. El mismo equipo se puso manos a la obra y nos trajo esta Ralph rompe internet, que ha conseguido «romperlo» en taquilla y enamorar al público y la crítica.
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La idea que da vida a Rompe Ralph, consistía en humanizar el mundo interior de los videojuegos. Darle voz a un personaje frustrado que en los estándares de las anteriores producciones Disney, sería un villano. Ya nos contó Álex de la Iglesia en una entrevista que una historia siempre tiene un punto de vista y suele ser la del protagonista, también conocido como «el bueno». Hay una película que no ha sido rodada en la que el villano es el protagonista, empatizamos con él, y deseamos que derrote al héroe. Este no es el caso de Ralph, pero resulta interesante como punto de partida.
Hazme reír, ¡payaso!
La ventaja de una secuela es que ya no es necesario presentar a los personajes, por lo que la trama cobra el protagonismo al completo. En esta ocasión, Ralph rompe internet plantea una trama que no es más que una excusa para transportarnos al maravilloso mundo de internet, dónde han hecho honor al concepto y han convertido la película en una gamberrada divertida que no da tregua al espectador.
Es interesante cómo Disney ha aprovechado cada elemento de humor de internet para hacer chistes. Tenemos desde la personalización de el spam hasta el gag más divertido de toda la película, el de la autocrítica que se realiza a través de las princesas Disney. Por fin, atendemos al desenmascaramiento de la multinacional. Aunque parece que sigue habiendo tabúes, desde el chiste de Kylo Ren que no dejaron aparecer en el metraje final hasta el despido de James Gunn.
Ríete de todo
En esta entrega, la posmodernidad juega un papel muy importante. El texto fílmico se plaga de referencias y el público directo acaba siendo el adulto en lugar del niño. A diferencia de otras franquicias como Pokémon, Disney ha sabido avanzar y mantener a su público. Aparecen construcciones más adultas y en ocasiones, la película parece interpelar a nuestros recuerdos más vivos.
El colorido mundo de internet es precioso, y da gusto escuchar la banda sonora (reconozco que «Zero», de Imagine Dragons guarda un lugar especial en mi playlist), hay canciones que mezclan antiguas melodías de otras películas de Disney, como por ejemplo el momento en el que actúan las princesas y la música se intercala y entrelaza aludiendo a las cintas originales.
No todo iba a ser bueno…
La película no da tregua y te mantiene interesado y risueño durante sus dos horas de duración. Si tengo que poner alguna pega, es el comportamiento de los personajes, la relación entre sí y la sucesión de acontecimientos fortuitos que favorecen este conflicto (a su vez necesario para contar esta historia). Tanto Ralph como Vanellope funcionan a la perfección como dúo, pero hay trabas que no me permitieron poner el broche de oro a mi experiencia en la butaca de cine.
Grandes dosis de humor, Disney defendiéndose a sí misma… ¿Qué más necesitas para ir a ver Ralph rompe internet? El balance es positivo, eso puedo asegurarlo. ¡Ah! Antes de acabar. Esperad a los post créditos. Es un gusto que nadie nos va a quitar.
Puntuación: 8 / 10.
Tengo que impulsar esto de poner post puntuaciones. El cuerpo me lo pide y siempre ameniza la despedida.