Y es así, un producto que nace en 2016 en el momento en el que Todd Phillips (Resacón en las Vegas, Juego de armas) negocia con Warner la posibilidad de crear un universo DC alternativo (DC Dark). Películas con un presupuesto que no supere los 30 millones de dólares y sin el más mínimo uso de CGI.
Por otro lado, las expectativas no eran pocas. Tras la confirmación de Joaquin Phoenix (Her, Gladiator)como papel principal del reparto, la posible colaboración de la productora de Martin Scorsese en la película y el galardón del León de Oro de Venecia, nos dejaba con ganas de saborearla.
Esta obra es una adaptación de libre interpretación sobre el origen de uno de los villanos icónicos de DC Cómics, el Joker. Ambientada en los años 80, narra la historia de Arthur Fleck, un ciudadano de Gotham que sufre transtornos mentales y que tras un cúmulo de sucesos negativos, es presionado hasta tal punto que explota y se convierte en un ídolo de masas sin quererlo.
Violencia psicológica
La película, calificada como “R”, no muestra escenas de sexo explícito, lenguaje soez y ningún tipo de violencia física que no podamos ver en cualquier otro tipo de cine. Pero este film va más allá. Lo que te hace salir incomodado y perturbado de ella es la violencia psicológica a la que somos sometidos tras el desarrollo del personaje de Arthur. En ocasiones, por mucho que queramos, somos incapaces de empatizar con él y sentirnos en sus carnes.
Asimismo, la dirección de fotografía y arte, hacen posible y creíble esta descerebrada historia. Con una paleta de colores fríos, empastados y sucios, genera la atmósfera que envuelve a la ciudad.
Un film indecente en tiempos decentes
Esta película llega en el momento oportuno, alejada de lo comercial, pese a su origen (DC Cómics). Un momento en el que las obras han perdido su personalidad y siguen el mismo esquema A, B, C. El emblanquecimiento del cine es real y está pasando. Ya nadie escribe obras “arriesgadas”, es decir, crueles como la vida misma. Incluso podríamos reflexionar sobre que estamos en una sociedad en la que nadie se puede reír de lo que quiere.
Una lanza a favor del público, no solo los más aférrimos al cine, es la tremenda acogida que ha tenido la película, no solo en taquillas, que ya ha triplicado su recaudación, sino la valoración histórica que ha recibido en páginas como Filmaffinity o IMDB, 8.6 y 9 respectivamente.
En lo concerniente a la dirección de actores, apoyo la valentía de Todd Phillips para trabajar con Joaquin Phoenix, ya que es un artista muy personal y que le gusta crear su interpretación in situ. De hecho, desde un comienzo, afirma Phillips, que el guion estaba escrito para él. Y que mejor actor para representar al rey del caos. Todo un acierto.
Como cualquier obra de hoy en día, tiene sus referencias, más o menos claras. Desde el personaje, sus circunstancias y el espacio que le rodea, la película bebe de Taxi Driver y El rey de la comedia, ambas protagonizadas por el mítico Robert De Niro, de ahí su relación y participación en el elenco principal.
A modo de conclusión, me gustaría recomendar esta película, a pesar de que seguramente será una velada incómodo y agobiante, sin dejar de ser un film serio, real y crudo.
Valoración: 9/10