Luis Oliveros (El ángel de Budapest, Pata negra) ha sido el encargado de traer a la gran pantalla esta adaptación de la novela homónima de Julio Castedo. El guion ha corrido por parte del escritor, quien se ha involucrado desde el principio para que este trabajo saliera adelante. Como productoras principales firman Ishtar Films, Tornasol Films o Hernández y Fernández P.C. La película fue presentada en la XX edición del Festival de cine de Málaga en la sección oficial a concurso.
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El jugador de ajedrez narra la historia de Diego Padilla, un jugador de ajedrez que tras el estallido de la Guerra Civil, se ve obligado a exiliarse a Francia con su familia. Tras la invasión del ejército nazi es acusado de ser un espía y es apresado en un campo de concentración de las SS. Su pasión por el ajedrez le ofertará oportunidades de vivir tras entablar una fría amistad con un oficial nazi.
Marc Clotet (Amar es para siempre, La voz dormida) y Melina Matthews (Mamá, Negociador) forman el elenco de personajes principal. La interpretación de Marc es sin duda altamente superior al resto. Es el único personaje con el que podemos llegar a intimar, ya que no se produce un gran desarrollo del resto de personajes. La situación es clave para empatizar con él, ya que es un bonachón. Transmite a través de su cuerpo la fátiga, el miedo y la desesperación que siente. La injusticia de ser arrestado le cuesta el vínculo con su familia y casi la vida.
Cierto es que no tiene un guion de envidiar, ya que nos encontramos ante una estructura narrativa estandarizada, existen momentos álgidos que nos harán entrar en tensión, pero es fácilmente predecible. No deja de ser un drama histórico. Refleja muy bien el infierno que se vive en un campo de concentración. Sin duda es impactante la mente fría de los generales nazis a la hora de decidir la vida o muerte de una persona.
Algo muy destacado de la película es la increíble dirección de arte que posee (vehículos, hogares, uniformes…), contribuyen a que la historia sea verosímil. La fotografía no pasa desapercibido, corre de la mano de Juan Carlos Gómez (Azuloscurocasinegro, El Bola), nominado a un Goya por 15 años y un día.
Como conclusión, añadir que es una película muy digerible, entretenida, el ritmo dramático la hace amena y sirve para desconectar y disfrutar por un tiempo del conflictivo clima bélico de mediados del siglo XX.
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